LA SANTA BIBLIA,
EL ANTIGUO TESTAMENTO
VERSIÓN DE CASIODORO DE
REINA (1569), REVISADA POR CIPRIANO DE VALERA (1602), OTRAS
REVISIONES: 1862, 1909 Y 1960
ABDÍAS
La humillación de Edom
1 Visión
de Abdías. Jehová el Señor
ha dicho así en cuanto a
Edom: Hemos oído el pregón de Jehová, y mensajero ha sido enviado a las naciones. Levantaos, y levantémonos contra este pueblo en
batalla.
2 He aquí, pequeño te he hecho
entre las naciones; estás abatido en gran manera.
3 La soberbia de tu corazón te
ha engañado, tú que moras en las hendiduras
de las peñas, en tu altísima morada;
que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?
4 Si te remontares
como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido,
de ahí te derribaré, dice Jehová.
5 Si ladrones vinieran a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti
vendimiadores, ¿no dejarían
algún rebusco?
6 ¡Cómo fueron escudriñadas las cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos
fueron buscados.
7 Todos tus aliados te
han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo
prevalecieron contra ti; los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello
entendimiento.
8 ¿No haré que perezcan en aquel día,
dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?
9 Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados;
porque todo hombre será cortado del
monte de Esaú por el estrago.
10 Por la injuria a tu hermano Jacob te
cubrirá vergüenza, y serás cortado para siempre.
11 El día que estando tú delante, llevaban
extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas,
y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno
de ellos.
12 Pues no debiste tú haber
estado mirando en el día de tu
hermano, en el día de su infortunio;
no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en
el día en que se perdieron, ni debiste
haberte jactado en el día de la angustia.
13 No debiste haber
entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento;
no, no debiste haber mirado su mal en
el día de su quebranto, ni haber
echado mano a sus bienes en
el día de su calamidad.
14 Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste
haber entregado a los que quedaban en el día de angustia.
La exaltación de Israel
15 Porque cercano está el día de Jehová sobre todas
las naciones; como tú hiciste se hará
contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.
16 De la manera que vosotros
bebisteis en mi santo monte, beberán
continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán, y serán como si
no hubieran sido.
17 Mas en el monte
de Sion habrá un remanente
que se salve; y será santo,
y la casa de Jacob recuperará sus
posesiones.
18 La casa de Jacob será fuego,
y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto quedará
de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho.
19 Y los del Neguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefela a los filisteos; poseerán también los campos de Efraín,
y los campos de Samaria; y Benjamín a Galaad.
20 Y los cautivos de este ejército
de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos hasta Sarepta; y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad poseerán
las ciudades del Neguev.
21 Y subirán salvadores
al monte de Sion para juzgar
al monte de Esaú; y el reino será de Jehová.